Programa de alfabetización en Condoray: buscando mejorar la calidad de vida

Cada año, a través del programa del Alfabetización Integral, alrededor de 800 mujeres campesinas en situación de extrema pobreza, se forman y perfeccionan en sus conocimientos y capacidades comunicativas.

La alfabetización es un factor clave para mejorar la salud, la nutrición y la educación en la familia, así como para potenciar la participación de las mujeres en la toma de decisiones en la sociedad.

Las mujeres analfabetas tienen muchas dificultades para ingresar en el mercado laboral, incluso en el sector informal. Por ejemplo, al no saber o no tener facilidad para realizar las operaciones aritméticas básicas, les es difícil comprar, verificar los cambios, hacer un cálculo de descuento, comprender el IGV, etc. El no saber leer, les dificulta poder utilizar los medios de transporte, leer una dirección, una carta de un familiar, un contrato de trabajo o de locación de vivienda u otro, una factura, etc.;

Originalidad del programa

Este programa se propone disminuir el alto índice de analfabetismo femenino de algunos poblados del Valle de Cañete a través de una acción de alfabetización integral. No se enseña solamente a leer, a escribir, a sumar y restar, sino que se forma integralmente a las mujeres en temas de salud básica, saneamiento, ambiente, higiene, nutrición, mejoramiento de la vivienda, capacitación laboral básica, educación cívica, derechos, equidad, etc.

El programa también contempla la realización, por las mismas mujeres beneficiarias y sus familias, de iniciativas que promuevan el mejoramiento de las condiciones ambientales, higiénicas sanitarias, educativas y de servicios básicos en las comunidades, en coordinación con las autoridades locales. Las beneficiarias mejoran paralelamente su nivel educativo y sus condiciones de vida familiares, cubriendo sus necesidades básicas, recobrando su autoestima e integrándose como agentes en el desarrollo comunal. Tienen las herramientas para enfrentar las causas que originan las situaciones de pobreza y plantear iniciativas de desarrollo convirtiéndose así en protagonistas de procesos amplios de desarrollo social, sostenible y duradero.

Las mismas mujeres de Cañete realizan el proyecto, lo que asegura su continuidad: jóvenes del Instituto Pedagógico, con el que se firma un convenio de cooperación, dictan las clases de Alfabetización y las Promotoras Rurales y algunas Instituciones públicas o privadas, imparten los temas de promoción comunal.

Una metodología innovadora Condoray ha elaborado un novedoso sistema de alfabetización gracias al cual cada participante es el artífice de su propio aprendizaje y, por lo tanto el protagonista del proceso educativo. La alfabetizadora cumple sólo una función de orientadora, guía o facilitadora de dicho proceso. Es un programa abierto, flexible que busca la globalización y funcionalidad de los aprendizajes.

Las cartillas de alfabetización, están agrupadas en tres niveles de aprendizaje. A cada nivel le corresponden bloques temáticos que abordan diversos aspectos de la vida de una persona:

• Mi vida: autoestima, la libertad, valores, virtudes, el amor, el trabajo, etc.

• Mi salud: física, higiene, alimentación, prevención de enfermedades, etc.

• Mi familia: concepto de familia, matrimonio, educación de los hijos, relaciones familiares, derechos y deberes de la familia, etc.

• Mi comunidad: relaciones vecinales, trabajo comunal, medio ambiente

• Mis tradiciones: historia; moda, folklore, amor a la patria, etc.

A su vez, los bloques temáticos contienen fichas de lecto - escritura y fichas numéricas, que contienen las actividades a realizar y que están estructuradas de la siguiente manera:

HABLEMOS: Se propone un tema generador y una ilustración relativa al tema que se aborda, para propiciar el diálogo. De ahí se desprende una palabra que contiene las letras que se quieren enseñar. Una vez presentada cada palabra generadora (sonido y grafía), se establece un diálogo libre sobre ella, de modo que se forme una comunicación sobre experiencias y realidades vividas. Luego se presentan diversas palabras que asociadas a ellas.

ESCUCHO: Se propone un texto con ejemplos de la vida diaria relacionados al tema generador. Se fomenta el diálogo entre las mujeres campesinas, en base al tema generador y los ejemplos dados, y se busaca que las campesinas hablan y expresan sus ideas con confianza. No hay que olvidar que estas mujeres, aunque no sepan leer y escribir, tienen experiencias, conocimientos y saben hacer muchas cosas.

LEO Y ESCRIBO: Se propone el aprendizaje de una letra, una sílaba o consonante que se desprende de la palabra generadora, siendo ella el núcleo dinamizador de la reflexión.

YA SE MÁS: Se formulan preguntas que sirven para repasar los conocimientos adquiridos y así reforzar lo aprendido, poder evaluarlos y /o reprogramarlos. El trabajo con los participantes será grupal en esta fase.

Mujeres beneficiarias

Los tres niveles de aprendizaje, corresponden a los conocimientos de las beneficiarias:

Nivel I, analfabetas totales: mujeres campesinas en su mayoría quechua-hablantes, no saben leer y escribir las vocales o palabras sencillas, los números del 0 al 10, tienen nociones muy básicas de suma y resta.

Nivel II, analfabetas: mujeres campesinas con mínimos conocimientos, saben algunas letras, pero no pueden leer, escribir y comprender palabras y oraciones breves. No saben contar, leer y escribir decenas o centenas. Tienen nociones muy básicas de multiplicación y división.

Nivel III, cuasi-analfabetas: mujeres campesinas que saben leer y escribir, porque han ido al colegio algunos años, pero que se han olvidado o no lo hacen con soltura, por la falta de uso. No saben leer y escribir textos breves, interpretar mensajes. No saben contar, leer y escribir millares.

Muchas veces el estar en un nivel no guarda relación con el grado de instrucción de las mujeres participantes, ya que a veces la falta de uso de la escritura, la lectura y las operaciones matemáticas, hace que la persona sea cuasi-analfabeta aunque haya terminado el colegio. Además hay que tener en cuenta el bajo nivel educativo de las áreas rurales.

Al desarrollar las capacidades comunicativas de las mujeres, este programa despierta también en ellas el interés por la capacitación en su sentido más amplio (la educación como arma de lucha contra la pobreza y base del desarrollo) y en las familias el interés por la comunidad, para que participen en el mejoramiento comunal y tengan espíritu solidario.