Luis Padilla: un hijo fiel de san Josemaría

En la mañana del 8 de agosto de 2021, falleció el ingeniero Luis Padilla, fiel agregado del Opus Dei, una persona con gran capacidad para el trabajo bien hecho, que le gustaba cuidar los detalles y que deja una huella como amigo, estupendo conversador, promotor de diferentes iniciativas educativas y de promoción humana en el Perú.

Conoció el Opus Dei en el Centro Cultural Sama, punto de encuentro de varias generaciones de jóvenes estudiantes universitarios de Lima, cuando estudiaba Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). En 1974, junto a otros jóvenes universitarios pudo conocer al fundador del Opus Dei, san Josemaría cuando visitó tierras peruanas.

En la década de los ochentas trabajó con eficacia en la Asociación para el Desarrollo de la Enseñanza Universitaria (ADEU), junto con don Fernando Lira, en la gestión de fondos económicos para la Universidad de Piura, institución en la que también dio clases una temporada.

Lucho en Pradoalto

También trabajó en PRODEC, institución que promovió los colegios Montealto y Los Álamos y en la Academia Pre Universitaria Logos. Años más tarde, también sacó adelante Pradoalto, una residencia para profesionales, en la capital peruana, a la que le imprimió calor de hogar junto con otros fieles de la Obra.

En los años noventa, junto con un grupo de padres de familia emprendió la aventura de sacar adelante el colegio Los Álamos, en el distrito de Jesús María, en Lima del que fue director por cerca de dos décadas.

Hizo allí muy buenas amistades con padres de familia, personal administrativo, alumnos y profesores. Muchos lo recordarán por ser el motor del tradicional Talent Night, que contaba con una masiva concurrencia de padres de familia y amigos, quienes veían incursionar a los alumnos del colegio en las artes escénicas, el teatro y la música. Cada año el colegio ponía en escena alguna famosa obra literaria en la cual, no pocas veces Lucho aportaba ideas, trabajo y buen gusto.

Gran organizador, sacó adelante con acierto peregrinaciones a Roma y a algunos santuarios Marianos en Europa como Torreciudad (España), Fátima (Portugal) y Lourdes (Francia) con motivo de la beatificación y canonización de San Josemaría, en 1992 y 2002; respectivamente, así como con ocasión de la beatificación de don Álvaro del Portillo en 2014. Peregrinaciones en las que participaban familias y amigos del colegio Los Álamos.

Lucho y algunos agregados en la residencia Pradoalto con el Padre Emilio Arizmendi

Durante muchos años estuvo vinculado a la atención de otros fieles de la Obra, primero en el Centro Cultural Sama y luego en el Centro Cultural Costa, así como en el colegio Humtec, en Comas, o realizando viajes a Trujillo, donde colaboró generosamente en la expansión de la labor apostólica en esa ciudad, en la cual hizo muchos buenos amigos.

Alegre, conversador y gran lector. Un amigo común lo recuerda como una persona generosa con su tiempo, dispuesto a ayudar, escuchar, dar un consejo oportuno, una palabra de aliento para sobrellevar alguna dificultad, intercambiar ideas, felicitar por un cumpleaños, abriendo horizontes a los demás para buscar la santidad en la vida ordinaria.

Lucho con Ángel Lui en un cumpleaños en Larboleda

En los últimos años, un cáncer lo limitó mucho. Sin embargo, supo sobrellevar esta situación con paz y espíritu deportivo, como buen hijo de san Josemaría. Hasta el último día pudo recibir la Eucaristía y horas antes de fallecer aún consciente cuando recibió la extremaunción, el sacerdote del centro que lo atendía le dio muchos encargos para que interceda y rezaron juntos una parte del santo rosario, una escena muy conmovedora.

Ahora en el cielo, podrá ver al Señor cara a cara, y ser intermediario –con su sonrisa característica- por sus familiares y todos los buenos amigos que hizo aquí en la tierra.