El encuentro se realizó el viernes 16 de julio, a las cuatro de la tarde. Asistieron más de ocho mil personas, que vinieron de diversos lugares del Perú.
Durante el encuentro, Mons. Javier Echevarría habló de la importancia del matrimonio. “Es importante que, en esta tierra hermosísima, donde ha habido tanta gente buena, habléis del matrimonio, para que la gente quiera pasar por ese sacramento, que si hay gente que todavía no lo ha recibido, se esfuerce en acercarse a confirmar su amor, a través del sacramento que ha querido Nuestro Señor Jesucristo. Que os deis cuenta que estáis unidos por la alianza que Dios ha querido que haya entre vosotros. Un amor que ha tenido un principio, cuando os conocisteis, un amor que ya no tendrá fin. Ni siquiera cuando alguno de vosotros se marche al otro mundo, ese amor se perderá, ese amor habrá sido inútil”, afirmó.
El Padre habló de la sobriedad en la educación de los hijos. “Tened la gran preocupación de educar a vuestras hijas y a vuestros hijos en la sobriedad. No queráis hacer gastos excesivos que pueden arrancar la verdadera personalidad de sus hijos: fiestas, que suponen un gasto excesivo, y que, lejos de honrar a vuestros hijos, pueden fomentar la vanidad tonta en los mismos papás. Evitad que ellos crezcan en una comodidad que no les hace ningún bien, prestadles la fortaleza de saber afrontar las dificultades de esta vida con la sobriedad de una familia auténticamente cristiana”, dijo.
Y advirtió especialmente frente al uso indiscriminado de la televisión: “Familias peruanas, ¡que no seáis esclavos de la televisión, de la telenovela, de aquel programa que os gusta! Y mucho menos si eso hace que las niñas vayan por un lado, los niños por otro, el marido por un lado, la mujer por otro; y entonces, ¿dónde está la familia? Y, además, debéis evitar que por esa imprudencia de que cada uno tenga su aparato, puedan conectarse con canales donde la oferta al público no os sea conveniente. Es preciso que la televisión os sirva para estar unidos, no para disgregar a la familia”.
Ante una pregunta de una madre de familia numerosa, el Prelado recordó unas palabras de san Josemaría: “Mirad cómo la maternidad embellece, mirad cómo la maternidad rejuvenece”. Y le habló de la importancia de la comunicación en la familia. “Qué alegría tenéis cuando vosotros volváis a casa, y esas criaturas os esperan diciendo: “Mamá, tengo que contarte esto” y te cuentan para que les orientéis. O: “Papá, a ver, ayúdame a hacer este trabajo” y les ayudáis. De tal forma que os deis cuenta de que no solamente los habéis traído a la vida, sino que vas construyendo su inteligencia, su persona, su generosidad”, agregó.
Mons. Echevarría también se refirió a algunas modas que intentan cosificar a las personas. “Ahora se han empeñado unos pocos –que no saben de amor, que no saben tampoco de belleza, que no saben tampoco de familia–, se han empeñado en quitar la dignidad de la mujer, en quitar la dignidad del hombre, y están propagando modas que nada tienen que ver con la belleza de la persona humana y concretamente con la belleza de la mujer. Sed todos –vosotras y vosotros– sobrios, para no dejar que os manipulen”, explicó.
Finalmente, el Prelado pidió oraciones por el Santo Padre Benedicto XVI: “Señor, ayuda al Santo Padre. ¡Os lo pide! Yo os lo pido en su nombre, y os pide que deis testimonio –con vuestra vida cristiana– de que le queréis ayudar y que queréis que la Iglesia siga este rumbo de servicio a la Iglesia, muy unidos al sucesor de Pedro que está llevando la barca de la Iglesia en todos los momentos”.