De Estados Unidos a Yauyos: jóvenes colaboran con rehabilitación de Iglesias

Un grupo de veinte estudiantes de secundaria de los estados de Texas, Maryland y Virginia que frecuentan varios centros del Opus Dei en Estados Unidos permanecieron tres semanas en el pueblo de Llapay, distrito de Laraos, Provincia de Yauyos, donde ayudaron en la rehabilitación y refacción de varias iglesias católicas y proporcionaron formación cristiana a niños.

A las 6:15 de la mañana del 19 de junio, un grupo de estudiantes de secundaria de Washington DC se reunían en el mostrador de COPA Airlines en el aeropuerto de Dulles a las afueras de la capital de Estados Unidos, Washington D.C.

Llevaban más de siete meses preparándose para ese momento y su nerviosismo e ilusión eran patentes. Habían decidido pasar tres semanas de sus vacaciones de verano trabajando en la región andina de Yauyos ayudando al padre Edgar Romero, ­­—párroco de Alis-Tomas, que es la zona donde están Llapay y Huancaya y que atiende a más de 15 pueblos andinos— además de apoyar espiritualmente a los mineros y niños de esa zona del Perú, que en el año 1957 fue confiada por la Santa Sede al Opus Dei en lo que se denomina hoy, la Prelatura de Cañete, Yauyos, Huarochirí.

La misión que el padre Edgar Romero había encargado al grupo de jóvenes estudiantes provenientes de Texas, Maryland y Virginia, era arreglar la pequeña parroquia del pueblo de Vilca, localizado a más de 4 mil metros de altura. Además, el plan incluía dar clases en la escuela y visitar a ancianos ayudándolos en sus necesidades.

Estos chicos de 16 años —en su mayoría— respondían a una llamada concreta del Papa Francisco, quien en su reciente visita a Paraguay ha dicho: “Por más misas de los domingos, si no tenés un corazón solidario, si no sabés lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil, o es enferma, o está muerta” (..) “La fe sin solidaridad es una fe muerta, no es fe de Cristo”.

George, uno de los participantes, decidió no sólo apuntarse al campamento de trabajo sino también recaudar fondos para poder ayudar en todas las tareas de apostolado que Padre Edgar lleva a cabo en su labor pastoral, tanto en lo espiritual como en lo material.

Usando su capacidad emprendedora, George, acabó recaudando más de 8 mil dólares en donativos. De hecho, gracias a su iniciativa, al final el grupo pudo trabajar en una segunda parroquia ubicada en Huancaya, otro de los distritos de la provincia de Yauyos.

Otro de los participantes, Louis, comentó: “El Papa Francisco quiere que los jóvenes sean parte de la solución… y por eso he decidido venir.” Y luego añadió: “Ha sido una experiencia inolvidable y espero poder volver el verano que viene”.